¿Sabías que los cerdos que están
contentos dan como resultado una mejor carne y por tanto un jamón más rico?
Como todos sabemos son muchos los
factores que influyen en la calidad de un buen jamón ibérico: raza del cerdo, tipo
de alimentación, tiempo de curación... Sin embargo, un estudio reciente asegura
que el estado emocional del cerdo es otro factor a tener en cuenta.
Expertos del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) han puesto en marcha un estudio para aclarar la relación que hay entre el estado emocional del cerdo y la calidad del producto final y han observado que al parecer el estado emocional del cerdo puede modificar parámetros bioquímicos y celulares de su organismo, que a su vez pueden ser usados como marcadores del estrés.
Por tanto un cerdo que ha sido
criado en condiciones extraordinarias, sin presiones, disfrutando de libertad y
con una buena alimentación a base de bellotas o piensos de calidad tendrá menos
posibilidades de "estar triste" y dar como resultado una carne en mejores
condiciones.
Nuestros cerdos ibéricos de bellota han empezado la montanera.
La montanera es la última fase de
la cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa,
donde se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y
encinas, siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del
sacrificio. A este método de cebo sólo se destinan los ejemplares más aptos que
hayan culminado las anteriores fases.
La fase de montanera va desde
octubre a febrero, coincidiendo con el periodo de maduración de la bellota. Los
animales entran en esta etapa con unos 90 kilogramos de peso y pueden llegar a
terminar la misma con 160 en años en una buena cosecha de bellotas, ganando un
peso medio diario de unos 0,67 Kg.1
En la montanera, en oposición al sistema intensivo de producción, el cerdo ibérico vive en libertad en este espacio y permanece en movimiento, lo que está en la base de la calidad de sus carnes. De hecho, durante la montanera cada cerdo requiere de aproximadamente de una hectárea de dehesa. En esta fase fundamental, la bellota, por su elevado contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal, y se transformará en la famosa grasa, y las hierbas añaden el peculiar perfume, de todos los derivados del Ibérico.
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