NORMA DE CALIDAD DEL CERDO IBÉRICO
2013
La etiquetación de los productos
ibéricos es sensible al fraude al igual que en otros sectores. Los productores
de cerdo ibérico son los más interesados en que esto no suceda, por lo que con
en la nueva norma queda más claro las diferencias entre los productos del cerdo
ibérico. Términos sencillos en la clasificación de la raza y un mayor
control en los procesos de alimentación y producción. Se trata de hacer llegar
al consumidor la información necesaria para que escoja el producto que
prefiere.
Se ha reducido la clasificación de
las denominaciones de ventas a tres en función de la alimentación del animal:
Bellota:
producto procedente del animal alimentado por bellotas e hierbas, engordado los
últimos dos-tres meses de vida a base de bellota en la dehesa, (montanera).
Los animales entran en esta
etapa con unos 90 kilos de peso y pueden llegar a terminar la misma con 160
kilos. Edad mínima de sacrificio los 14
meses.
Cebo
de campo: producto procedente de animal alimentado con piensos naturales,
pero que también complementa su alimentación en el campo al menos durante 2
meses. La edad mínima de sacrificio es de 12 meses.
Cebo:
producto procedente del animal alimentado solo a base de pienso en una granja
hasta alcanzar el sacrificio.
Por tanto, desaparecen los Jamones
Ibéricos de "Recebo" que eran aquellos que habían sido alimentados en
época de montanera a base de bellotas pero no habían logrado alcanzar los
requisitos mínimos para denominarlos de "Bellota".
Por la raza se podrá hacer el
siguiente etiquetado.
Jamón
100% Ibérico: Proviene de un cerdo hijo
de
padres 100% ibéricos inscritos en el libro de la raza.
Ibérico:
En este caso debe venir acompañado del tanto % de cruce que tiene de raza Duroc. Por ejemplo: "75 % ibérico"
sería fruto de una madre 100% ibérica y un padre, resultado de madre 100% ibérica
y padre cruzado con cerdo Duroc.
Desde el punto de vista de la
producción, se limita el número máximo de cabezas de ganado en las dehesas y se
aumenta la superficie mínima exigida en el caso de los animales del sistema de
cebo.
Todo esto tiene que ir acompañado de
un exhaustivo control de los sistemas y la trazabilidad.
La montanera es la última fase de la
cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa, donde
se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y encinas,
siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del sacrificio. A
este método de cebo sólo se destinan los ejemplares más aptos que hayan
culminado las anteriores fases.
En la montanera, en oposición al
sistema intensivo de producción, el cerdo ibérico vive en libertad en este
espacio y permanece en movimiento, lo que está en la base de la calidad de sus
carnes. De hecho, durante la montanera cada cerdo requiere de aproximadamente
de una hectárea de dehesa. En esta fase fundamental, la bellota, por su elevado
contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal, y se transformará
en la famosa grasa, y las hierbas añaden el peculiar perfume, de todos los
derivados del Ibérico.
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