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jueves, 3 de octubre de 2013

COMER JAMÓN IBÉRICO

Es, sin duda, una de las "señas de identidad" de la gastronomía española. Y como tal, no suele faltar en nuestras mesas, sobre todo durante las celebraciones especiales como es el caso de la Navidad. No debemos permitir que un mal corte, o un mal servicio del jamón ibérico, pueden arruinar la mejor de las piezas.

Cortar y servir:
El consumo del jamón ibérico de bellota siempre será a temperatura ambiente, nunca frío. Además, las piezas deben cortarse justo antes de ser servidas. La temperatura ideas es de 22 a 25 grados centígrados.

Fijación y comodidad:
Es fundamental colocar la pieza en un soporte jamonero que proporcione una buena fijación y comodidad al cortador. Se recomienda un soporte con la base muy pesada o bien cualquier sistema de fijación que permita así mayor estabilidad.

Tipo de cuchillos:
Para preparar, limpiar y pelar el jamón se utiliza un cuchillo con dientes de sierra, tipo cuchillo de cortar el pan. Un cuchillo puntilla, cuchillo corto y fuerte terminado en punta, para realizar cortes precisos en las zonas más angulosas y para la importante labor de separar el jamón del hueso. Para el corte de lonchas, y exclusivamente para ello, se utiliza un cuchillo jamonero de hoja estrecha, larga y flexible. Es fundamental para un buen corte que este cuchillo esté muy bien afilado, por lo que se recomienda no utilizarlo para otros menesteres. Es importante tener siempre a mano una chaira.
Para una perfecta presentación, utilizaremos unas pinzas que nos permiten manipular las lonchas al colocarlas en el plato.

Limpiar el exterior según se va consumiendo:
Consiste en desprender del jamón parte del tocino de cobertura, de cuero y de la costra formada por mohos y exudos naturales del proceso de secado y maduración. Se inicia con un corte perpendicular a la pata y circular al corvejón, después se harán cortes tangenciales por ambos lados. Si el jamón se va a consumir en poco tiempo se pelará entero, si no es así, conviene ir pelando según se va consumiendo. Se recomienda guardar la primera loncha gruesa –de 1 a 1,5 centímetros- de cobertura grasa, para cubrir la superficie de corte. Así ayudamos a mejorar su conservación, evitando que se reseque.

Inicio del corte según el tipo de consumo:
Si se va a consumir rápidamente, o se desea un corte más vistoso, se comenzará la pieza por la zona principal, más jugosa e infiltrada. Para un consumo más lento, se recomienda comenzar por la zona de la babilla para evitar que al final pueda quedar excesivamente reseca.

Cortes:
Los cortes serán siempre paralelos entre sí, siguiendo, independientemente de la zona en que se empiece,  el sentido que va desde la pezuña hasta la cadera o punta, y una vez en esa zona, el sentido del corte será hacia abajo, dejando siempre a la vista una superficie plana, nunca cóncava, hasta llegar al hueso.

Lonchas:
Las lonchas deben ser muy finas, casi transparentes, abarcando el ancho de la pieza y sin ser más largas de 5 o 6 centímetros. Todas las lonchas llevarán grasa intramuscular para hacerlas más jugosas. Para ello es conveniente afilar el cuchillo muy a menudo.

Raciones en una sola capa:
Cuando se corta el paquete principal, pezuña hacia arriba, se aconseja combinar, en cada ración, lonchas de la zona principal, de la cadera o punta y del codillo. En el plato, las lonchas se disponen en una sola capa; si acaso con un ligero solapamiento entre ellas.

Taquitos:
La carne pegada a los huesos, que no puede cortarse en lonchas, sino en tiras y trozos irregulares, son excelente complemento en numerosos platos e incluso para consumirse en 'taquitos'.

Aprovechar los huesos:
Los huesos cortados con sierra en trozos de 10 a 12 centímetros, servirán para elaborar exquisitos caldos.

Grasa:

En otro artículo explicaremos el aprovechamiento de la grasa cuando limpiamos el jamón, hay mucha gente que la tira. 

ESQUEMA: 

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